sábado, 9 de septiembre de 2017

DEMOCRATIZACION DE LA UASD Y LA FED EN EL TIEMPO DE CASTAÑOS

Sebastián del Pilar Sánchez

Las primeras elecciones estudiantiles registradas en la historia dominicana, se realizaron el jueves 8 de febrero de 1962 con la participación de todos los estudiantes inscritos en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, y en ellas fueron escogidos los delegados estudiantiles al Claustro, el Consejo Universitario y las asambleas de facultades.

En este evento se votó en cada curso, donde se colocaron  mesas electorales monitoreadas por dos profesores, que eran los encargados de llevar el control de los votantes, en base a sus números de matrículas.

Los analistas habían vaticinado que estas elecciones las ganaría con facilidad el sector más radical y militante en la lucha patriótica contra los remanentes del trujillismo, que contaba con líderes estudiantiles destacados de la talla de Asdrúbal Domínguez Guerrero, Antonio Isa Conde, Máximo Bernard Vásquez y Roberto B. Saladín Selín; pero no ocurrió así, ya que -¡para sorpresa de todos!- los mayores agraciados fueron estudiantes calificados de conservadores...los abanderados de las ideas socialcristianas; eran ellos, Fernando Mangual Navarro, Odalís Acosta Jiménez y Bernardo Augusto Defilló Martínez, quienes lograron una impresionante cantidad de sufragios, poniendo a rodar por tierra la inefectiva campaña que se hizo  en su contra, llamándoles "reaccionarios, clericales y monaguillos" con el objetivo de aminorar su simpatía entre los votantes  por su filiación católica y su militancia en el Bloque Revolucionario Universitario Cristiano, que en esta etapa tenía el nombre de Bloque Democrático Revolucionario Universitario (BDRU).

El bachiller Mangual Navarro resultó ser el más votado, tras acumular mil 013 sufragios, de los cuales 404 se los concedieron sus compañeros de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales; 202 los alumnos de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, y el resto, los electores de las demás áreas académicas.

Esa elevada votación en una institución que rondaba entonces los tres mil matriculados, tomó desprevenidos incluso a los seguidores de la posición estudiantil liderada por el bachiller Domínguez Guerrero, donde sobresalía el fabuloso equipo de comunicación que editaba el semanario FRAGUA, conformado por Luis Eduardo Ibarra Ríos, Juan Bosco Guerrero Castro, Carmen Josefina "Picky" Lora Iglesias, Louis Paiewonsky del Valle y José Israel "El Gordo" Cuello Hernández; pero no así a la gran cantidad de estudiantes católicos que estaban en la Universidad y que conocían con claridad La riqueza lingüística y el don de convencimiento que poseía en su discurso el joven Mangual, quien se había destacado en el Colegio Don Bosco de la ciudad de Santo Domingo por su efusiva defensa de la filosofía socialcristiana y quien poco más tarde sería escogido por la cúpula católica para encabezar junto a los jóvenes Cristóbal "Tobby" Valdez y Carlitos Fernández Rivera (con la asesoría del sacerdote barbudo cubano Víctor Miranda), las manifestaciones cristianas que se efectuaron frente al Congreso Nacional para frenar la iniciativa -durante la gestión presidencial del profesor Juan Bosch- de la senadora perredeísta Thelma Frías Montalvo de Rodríguez, representante del Distrito Nacional, tendente a lograr la aprobación de un proyecto de ley que daría al traste con el Concordato firmado entre Trujillo y la Iglesia en 1954, imponiendo el modelo hostosiano de la educación laica.

Los llamados radicales, aunque no lograron una alta votación  para los puestos del Consejo Universitario, sí pudieron  conseguir una gran representación en las asambleas de facultades, porque ofertaron buenos candidatos como la joven estudiante de Derecho Picky Lora, quien ganó cómodamente en su área académica, donde se valoró de modo positivo su desempeño universitario y su hoja de servicios como ciudadana y defensora de los valores de la democracia a riesgo de su vida, pues siendo apenas una adolescente se manifestó contra la dictadura de Trujillo y fue  apresada y maltratada por los esbirros de la dictadura, que la encerraron en una horrenda cárcel de Santiago.

Luego de la escogencia de los delegados estudiantiles para integrar el cogobierno universitario, el sábado 17 de febrero de 1962, en el paraninfo del edificio Dr. Defilló, en la Facultad de Ciencias Médicas, con la asistencia masiva de los profesores titulares y adjuntos se reunió  el Claustro Universitario, procediendo a elegir el rector y los vicerrectores de la UASD, siendo escogido como Rector Magnífico, en votación libre y secreta, el doctor Julio César Castaños Espaillat, quien logró sumarse los votos de 150 de los 186 electores, venciendo holgadamente a sus oponentes, arquitecto Caro Álvarez,  doctor Andrés Avelino hijo, doctor Héctor Read, doctor René Augusto Puig Bentz, doctor Miguel A. Piantini Morales, licenciado Máximo Coiscou Henríquez, doctor Gustavo Mejía Ricart y doctor Leoncio Ramos, quienes obtuvieron 10,10, 5, 4, 2, 1 y 1 votos, respectivamente.
Los vicerrectores escogidos fueron el doctor Piantini Morales, de la escuela de Medicina y el ingeniero Andrés María Aybar Nicolás, de Ingeniería. 

La elección se efectuó sin inconvenientes, aunque el doctor Marcio Mejía-Ricart Guzmán intentó sin éxito que el Claustro prolongara en un mes el mandato del Consejo Provisional Universitario, que era el organismo colegiado que entonces gobernaba la UASD, presidido por  el propio Castaños Espaillat, en su calidad de rector interino; e integrado por los doctores Luis R. del Castillo Morales, Puig Bentz y los bachilleres Isa Conde,  Domínguez Guerrero y Armando Antonio Hoepelman Ripley, presidente de la FED.                                                          

Mejia-Ricart sostenía que se debía revisar y modificar el estatuto orgánico de la UASD antes de las elecciones, pero tras un intenso debate se rechazó su moción, pues se consideró que ya se habían realizado los procesos vitales para la óptima operatividad de la nueva estructura universitaria.

Los estudiantes que participaron en la elección del rector y los vicerrectores fueron Mangual Navarro, Defilló Martínez,Acosta Jiménez, Hoepelman Ripley, Rafael F. Alburquerque de Castro, Eduardo Melo, José Joaquín Puello Herrera, Leopoldo Grullón, Luisa Montás Cuello, Eduardo Delgado,Joaquín Cuesta, Carlos Ciprián, Samuel Guerrero, José Antonio Rivas Grullón, Martha Montes de Oca, Marcos Antonio Charles, Daniel Espinal, Amadeo Conde, Francisco Comprés, Francisco Córdoba, Luis Ruiz, Radhamés Cortina Hernández, Josefina Camilo, Rodolfo Pichardo Martínez, Ramón Messina Márquez, Rafael Morales Pérez, Mario Reyes Risi, Mireya Román de Scheker, Armando Ron Betances, Luis Rodríguez Minaya, Eduardo Segura Almonte, , Ramón Aristy, Eduardo Álvarez González, José Ariza Gómez, George Taulé Mañón, Manuel Troncoso Cuesta, Eduardo Houellemont Roques, Fernando Batlle P., Máximo Valdez, Julio Fortuna, María C. Beras, F. Adolfo Arthur Nouel y Raulina Mendoza.

Al día siguiente se realizaron las elecciones de los decanos y el 21 de febrero se instaló el primer Consejo Universitario, presidido por el doctor Castaños Espaillat y teniendo de integrantes a los vicerrectores Piantini Morales y Aybar Nicolás; a los decanos recién electos, doctores Juan Francisco Sánchez y Sánchez, Froilán J.R. Tavares Vidal, Alberto Paiewonski, René Augusto Puig Bentz, Rafael Herrera Cambier, Héctor Luis Rodríguez, licenciado Luis Santiago Escobar Reyes , e ingeniero José Ramón Báez López Penha.                                    

También se integró a ese organismo a los bachilleres Fernando Mangual (el más votado),  Bernardo Augusto Defilló Martínez y Odalís Acosta, y con  voz pero sin voto, al designado secretario general de la UASD, doctor Jaime Manuel Fernández González, quien luego se convertiría en líder de un partido político llamado Movimiento de Conciliación Nacional.

La prensa nacional destacó este ejercicio de pluralismo en la Universidad, observando que era la primera vez en su historia que acontecía un proceso de elecciones democráticas, desde que el papa Paulo III, mediante la bula "In apostolatus culmine", concediera el permiso solicitado por los dominicos para fundar la institución el 28 de octubre de 1538.

A esas autoridades les cupo el honor de surgir de unos comicios pulcros, novedosos e históricos con la responsabilidad de guiar a la UASD por la ruta de la reforma y el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Ellos encabezaban el primer experimento democrático que se desarrollaba en el país desde la muerte del dictador Trujillo, que debía inspirar y servir de ejemplo a los organizadores de las elecciones generales del 20 de diciembre de 1962, para que se impusiese -como sucedería- la voluntad popular que sustentó la victoria del candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), profesor Juan Bosch.

Este acontecimiento lo resaltaría Castaños Espailllat diciendo -en la apertura de este organismo- que la Universidad de Santo Domingo, felizmente "por nuestro esfuerzo ya autónoma", había recibido transformaciones y si bien su resultado no era bastante para colmar las aspiraciones de todos, satisfacía sin embargo que ella fuera la primada de América y también la primera del continente americano en calidad.

Castaños agregó que "ya hemos logrado algo, porque de nada, hemos hecho una verdadera universidad"; y exhortó a los miembros del Consejo a luchar no sólo por sus facultades, "sino desparramar toda esa lucha por la universidad entera", aunque con esto sucumbiese el interés por la facultad en que laboraban. 

Indicó que con la sesión del Consejo se iniciaba una etapa histórica en la universidad, que era una de las más importantes en su historia, porque antes las cosas se llevaban a las sesiones elaboradas fuera de la universidad y listas para ser aprobadas, pero ahora se discutirían y aprobarían internamente.

También señaló que el rector  mientras estuviese en sesión se despojaría de su jerarquía individual, para convertirse en un miembro más del Consejo, donde su voto valdría igual que el de los demás miembros, e ilustró a los delegados estudiantiles en el sentido de que sus votos y opiniones podrían expresarse, discutirse y defenderse con ardor idéntico al de los demás miembros, pero respetando finalmente la decisión del organismo ajustada al centralismo democrático que regía la actividad universitaria.

En su primera sesión el Consejo Universitario decidió que sus reun