martes, 11 de abril de 2017

Dominicanos en la mirilla de las autoridades por alta criminalidad


BARCELONA, España.- Ante las continuas guerras entre clanes pandilleros dominicanos, los Mossos d´Esquadra (la más alta autoridad catalana) han decidido llevar a cabo una cumbre para abordar el tema de la escalada violencia entre los ciudadanos que proceden de este país, con la finalidad de dar una respuesta contundente al problema de la criminalidad.

Esta reacción, según informaciones dadas a conocer, ha sido motivada por una última víctima de la guerra entre clanes de la droga, quien recibió un tiro en la nuca, y todavía sigue sin identificar, tras una semana del hecho criminal, la apareció  maniatada y tirada en un descampado poco frecuentado del sector Sant Joan Despí.

El joven aunque no ha sido identificado, pero según los Mossos d´Esquadra enmarcan su ejecución a la guerra entre los clanes dominicanos de la droga, que desde hace un año tiene a Barcelona en un estado de zozobra, ya que ha sembrado de cadáveres a toda la ciudad, sin que haya ningún tipo de reacción por parte de las autoridades consulares de este país, representado aquí.

La comunidad  dominicana en el exterior, anteriormente era reconocida por la virtud de su trajo y su solidaridad, hoy solo se reconoce por los acometimientos de los hechos más abominables típicos del bajo mundo y la droga.

Lo peor, es que esta gran urbe como lo es Barcelona, El Colectivo Dominicano no cuenta con el apoyo y una verdadera representación consular, a pesar de ser la segunda ciudad en Europa que acoge el mayor número de ciudadanos  de este país caribeño, después de Madrid, capital española.

Muchas han sido las quejas porque el cónsul general dominicano en Barcelona, Don Adriano de los Santos  ahora está dedicado en lleno a hacer comercio personales, tanto en España, así como en otros países europeos, como son Italia Holanda y otros, mientras sus compatriotas solo sienten de su parte y el descuido en el manejo de los servicios que estos requieren en la sede consular.

En Madrid, por ejemplo: donde se vivía una situación similar, fue llevado a cabo una jornada de orientación entre la comunidad dominicana y las autoridades locales, llevada a cabo por los organismos diplomáticos del país, (llámese embajada y consulado) mientras el colectivo dominicano en Barcelona solo siente el desprecio de parte de quienes dicen son sus representantes.

La situación por lo visto se torna alarmante, razón por la cual Los Mossos d´Esquadra se han visto en la obligación de designar a un grupo de homicidios para llevar el liderazgo de toda la investigación, mientras se comenta que todos estos hechos criminales guardan relación con un supuesto tumbe que fue llevado a cabo hace más de un año e Holanda entre bandas de dominicanos quienes al parecer huyeran hacia Barcelona.


Esto no ha sido confirmado ya que según informaciones se encuentran bajo secreto sumario de las autoridades competentes. 



Por Olga Capellán.-

United se disculpa con pasajero expulsado de un avión por "suceso horrible"

EL NUEVO DIARIO, Washington.- El director ejecutivo de la aerolínea United, Oscar Muñoz, se disculpó este martes por el "suceso horrible" del pasajero expulsado por la fuerza este domingo de uno de sus vuelos y prometió una revisión de las políticas de la compañía.

"Me disculpo profundamente con el cliente obligado (a abandonar el avión) y con todos los clientes a bordo. Nadie debe ser maltratado de esta manera. (...) Vamos a arreglar lo que no funciona para que esto nunca suceda de nuevo", aseguró Muñoz en un comunicado, en el que se mostró "molesto" por lo ocurrido.

El responsable de la empresa además prometió un informe sobre las políticas de la aerolínea respecto a requerir la presencia de la Policía, el traslado de tripulaciones y la sobreventa de pasajes.

En un comunicado anterior emitido el lunes, Muñoz ya había pedido disculpas "por haber tenido que reacomodar" a los pasajeros de ese vuelo y, sin llegar a disculparse con él, dijo que la aerolínea intentaba contactar con el pasajero para "resolver la situación".

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, calificó los videos de "preocupantes", pero rechazó que requiera una investigación federal por tratarse de "un asunto local muy simple", mientras que el Departamento de Transporte de Estados Unidos aseguró que averiguará si se cumplieron las regulaciones de sobreventas de billetes y se respetaron los derechos del afectado.

Sin embargo, en un correo electrónico enviado anoche por Muñoz a sus trabajadores, del que hoy se hacían eco los medios, el responsable de la empresa defendió que los empleados "seguían los procedimientos establecidos" cuando echaron al pasajero porque tenían un exceso de reservas, y llamó al pasajero "pertubador y beligerante".

El pasajero, tras rechazar ser uno de los voluntarios que la aerolínea pedía porque el vuelo se había sobrevendido, fue arrancado a la fuerza de su asiento por un policía y sacado a rastras por el pasillo del avión del vuelo 3411 que iba a partir del aeropuerto O'Hare de Chicago (Illinois) con destino a Louisville (Kentucky).

El director ejecutivo explicó en el mensaje a sus trabajadores que la aerolínea está intentando aclarar los hechos y salió en defensa de la tripulación de ese vuelo.

"Nuestros empleados siguieron los procedimientos establecidos para hacer frente a situaciones como esta. Aunque lamento profundamente que esta situación haya surgido, también les apoyo enfáticamente a todos ustedes", continuó Muñoz.

Sin embargo, enfatizó las lecciones a aprender del suceso y defendió tratar a los clientes "con respeto y dignidad (...) sin importar cuán desafiante sea la situación".

Ahora United se enfrenta a una crisis de comunicación en la que uno de los temas más populares en Twitter son los "lemas de United" (#NewUnitedAirlinesMottos) que se mofan del trato de la aerolínea a sus pasajeros, mientras que sus acciones en bolsa cayeron un 1,13 % al cierre de la sesión de hoy.

Además, el video del incidente ha atraído una gran atención en China, un mercado de crecimiento para United, y también se convirtió en el principal tema de tendencias de hoy en Weibo, la versión china de Twitter.

El revuelo se originó el pasado domingo con varios videos publicados por otros pasajeros, que se convirtieron en virales en internet, en los que se aprecia a un hombre de mediana edad y rasgos asiáticos gritando mientras un policía, acompañado por otros dos agentes, lo levanta de su asiento y lo arrastra por el pasillo.

Ese policía, según un comunicado hecho público por el Departamento de Aviación de Chicago, fue dado de baja temporalmente "en espera de una revisión completa de la situación".

Los testigos que se encontraban en el avión afirmaron en redes sociales que la compañía pidió cuatro voluntarios para abandonar el vuelo, después de haberlo abordado con dos horas de retraso, y tomar uno al día siguiente a cambio de 400 dólares y una estancia de una noche en un hotel.

United necesitaba esos asientos para trasladar tripulaciones, pero ningún pasajero aceptó la oferta, y la aumentó a 800 dólares y amenazó con no despegar hasta que cuatro personas se levantaran de su asiento y abandonaran la aeronave, aunque la empresa aseguró en el correo a sus empleados que la compensación era de 1.000 dólares.

Ante esa situación, la empresa seleccionó al azar, mediante una computadora, a los pasajeros que tendrían que salir.

Una pareja se fue a regañadientes, pero el protagonista del video contestó que era un médico y necesitaba ver a sus pacientes el lunes por la mañana, según relató el pasajero Tyler Bridges en su cuenta de Twitter. EFE

Humanismo, posmodernidad y valores


Luis R. Decamps
Desde el año 2003, cada vez que se inicia la Semana Santa, acaso en razón de que se trata de un espacio temporal muy a propósito de la reflexión sobre la vida y el sentido de ésta (básicamente para los cristianos católicos, aunque sólo lo sean en términos culturales), siempre acude a mi memoria una no muy rutinaria incidencia familiar que me dejó huellas indelebles en el alma.
Se trató de que el lunes santo de ese año, en horas tempranas de la noche, una de mis hijas -que entonces rondaba los doce años de edad- entró sigilosamente a la pequeña biblioteca hogareña en la que me encontraba subsumido en la lectura de un grueso texto literario y, tras observarme durante un rato, me hizo la siguiente reconvención:
-Papi, la verdad es que yo no sé para qué es que tu lees y estudias tanto, porque con eso lo único has conseguido es saber sobre algunas cosas que en la vida real no te han servido para nada.
El tono de la censura no tenía nada de broma, y ante mi solicitud de que se expresara con mayor precisión (alegué que no entendía exactamente lo que me quería decir), la preadolescente respondió: "Bueno, lo que yo veo es que tú sabes de muchas cosas de leyes, literatura, historia, política y economía, pero eso nada más te sirve para hablar mucho y bonito con tus amigos, porque nosotros no somos ricos".
En principio, me sentí alarmado por lo que interpreté como una decepcionante y desaprensiva parrafada de mi hija... Decepcionante, porque creía que a lo largo de su infancia (y pese al avance de la posmodernidad y su desbordado nihilismo) había sembrado en ella y sus hermanos por lo menos la semilla del humanismo y los valores que les son consustanciales... Desaprensiva, porque me parecía que hablaba "por boca de ganso", dada su corta vida y su casi nula formación cultural.
Además, y debo confesarlo, me preocupaba también debido a que en cierta medida me parecía la reiteración refinada, no sé cuántos años después, de unas expresiones que mi padre campesino (que era analfabeto) dirigía a mi madre cuando ésta se empecinaba en preparar a mi hermano mayor (hoy un abogado casi en retiro que ejerció su carrera con bastante éxito) para que fuera a la escuela: "Tú lo que estás criando es un vago-le decía-. Estudiar es la mejor manera de perder el tiempo... A ese muchacho hay que ponerlo a trabajar machete para que aprenda a producir".
(Mi padre -un hombre racional, justo, equilibrado y noble hasta la exageración, a contrapelo de su absoluta orfandad académica y cultural- modificaría esa postura con el paso del tiempo -talvez al comprobar que sus hijos se convirtieron en profesionales universitarios con trabajos más o menos decentes y productivos-, pero mi madre la recordaba cada vez que deseaba ilustrar a alguien de la intimidad respecto al "espíritu" de la época en la que ella formó familia en nuestro Bonao natal).
Soy el primero en reconocer que muchas de mis concepciones (no todas, desde luego) pertenecen a un período histórico superado (la transición generacional no se hace impunemente: las arrugas y las canas también brotan en las ideas, con la agravante de que en este caso no se pueden eliminar con pomadas o disimular con tintes), y por ello todos los días me esfuerzo por concentrarme en la parte de ellas que considero eternas: los valores que nos alejan del "estado de naturaleza" de que hablaba Hobbes y nos hacen seres humanos "civiles" o "civilizados".
No es fácil, empero: uno de los rasgos esenciales de la sociedad posmoderna es el desenfrenado retorno humano al ámbito de las sensaciones y los placeres (el "nuevo hedonismo", que Bauman conecta con el consumismo y con la "liquidez" total del existir presente), y este retorno demanda de manera taxativa y excluyente, para ser viable y efectivo, la posesión de un "utensilio" muy conocido: el dinero, en su carácter de "valor de cambio" ... En la posmodernidad (y mucho más que en cualquier otro período histórico), todo comienza y todo termina con él.
Naturalmente, teniendo como telón de fondo esas características de la época, a la sazón traté de entender el razonamiento lógico, sencillo y cortante de mi hija, y simplemente me dediqué a intentar hacerle comprender que, a mi modo de ver, sus juicios no eran del todo correctos, pues si bien el dinero es absolutamente necesario para vivir decorosamente en sociedad (y más bajo el "nuevo orden" ético en que vivimos en el siglo XXI), la riqueza no tiene necesariamente que ser el objeto central de la existencia para alcanzar cotas adecuadas de felicidad.
Igualmente, traté de explicarle que la lectura y el estudio, más que actividades destinadas a lograr fortuna material o ejercicios de disciplina "académica" (colectiva o individual), son en realidad formas exquisitas y expeditas de cultivar la inteligencia y el espíritu creador del ser humano, es decir, la manera de acceder al "saber" transformador, que es, a su vez, el mejor y más "provechoso" alimento para el progreso personal y social: la humanidad no ha progresado con base en la ignorancia, sino en el conocimiento.
La verdad es que, aunque me empeñé en situar cada argumento en su lugar para que mi hija me entendiera, al final me quedé con la sensación de que la explicación no había sido totalmente convincente. Ello, empero, no me mortificó más de la cuenta a la postre: lo importante era el intento y, sobre todo, la oportunidad que me abría para seguir conversando sobre el tema con ella y sus hermanos.
El diálogo de referencia me marcó tanto que a partir de ese momento me propuse hablar más con mis hijos (lo que hice, aunque no sé si suficientemente) y, al mismo tiempo, "inauguré" una nueva forma de contribuir a su formación: les pagaba (con dinero en efectivo) por cada libro que leían. Desde luego, yo seleccionaba los textos y le ponía precio a la lectura en función de su tamaño y su complejidad... Y los resultados, ciertamente, fueron satisfactorios: si algo me enorgullece de ellos es que tienen cultura, sensibilidad y humildad sin ser "marcianos" entre sus contemporáneos.
(Obviamente, hemos de entender que tratar de inculcar principios y valores eternos es una misión casi imposible en este siglo mercurial, sensualista, camaleónico, pragmático y consumista. Y algo más: al intentarlo, tenemos que esforzarnos por evadir el riesgo de convertir a nuestros hijos en "nerds", seres "aéreos", ilusos, o simplemente en personas no aptas para vivir en "su" mundo... Al fin y al cabo, el mundo de hoy no es el de nuestra generación sino el de la suya).
Por supuesto, hay que enfatizar en lo que se quiere decir desde el inicio: la lectura y el estudio, cualquesean su naturaleza o su carácter, aparte de lo que significan como cultivo del espíritu, brindan la posibilidad al ser humano de conocer mejor la realidad en que vive, disponer de los "instrumentos" para su manejo y transformación progresiva, y consecuencialmente tener determinadas ventajas comparativas en la competitividad sociedad de nuestros tiempos... Los "avivatos" ganan por excepción y circunstancias en ciertas partes del mundo (por ejemplo, aquí), no porque sean mejores, más inteligentes o más productivos.
No lo olvidemos: la época de preferencia de los "brutos" o los incultos ya pasó, excepto para los políticos y los gobernantes de nuestras latitudes, y para ciertos empresarios y banqueros "yuppies" (neoliberales fundamentalistas, muchos -aunque lo oculten o no lo sepan- realmente seguidores de Ayn Rand y no de Ludwig von Mises o Frederick Hayes) que por desventura son parte de la élite que controla las finanzas globales.
Pero sólo en esos casos, insisto: a diferencia de lo que ocurría hace dos o tres lustros, en estos instantes la mayoría de los propietarios del capital y de los medios de producción, por su propio interés pecuniario, prefieren a los subalternos cultos y estudiados... La razón es simple y, claro (valga la insistencia), no tiene nada que ver con su eventual altruismo o su proclividad a la "pendejada": el conocimiento es, actualmente, un factor decisivo para la creación de lo que en Economía se conoce como "valor agregado".
Por lo demás, recordemos que en el campo de la política, hace sólo un par de décadas, el individuo estudioso era altamente estimado, y no sólo resultaba admirado por quienes lo rodeaban sino que, por sus particulares dotes, siempre era un candidato ideal para puestos de importancia... Era parte de la "élite" de la política, y por ello, entre otras razones, ésta era entonces menos cerril y más decente que la de hoy.
(Todavía más: los líderes con formación cultural siguen siendo referencias nodales de la política: ¿Qué peledeísta no proclama su devoción por Bosch? ¿Qué reformista no evoca a Balaguer? ¿Qué perredeísta o perremeísta no se dice discípulo de Peña Gómez? Están obligados a hacerlo así, aunque al final devengan otra cosa: recursos de retórica que se desechan como papel sanitario en la hora suprema de la "acción" o del paso por el gobierno).
Lastimeramente, hoy día la realidad es inversa en el partidarismo criollo: en general, un político que lee y estudia es considerado un simple "teórico", un "técnico", un "poeta" o un "tipo raro" y "complicado", y si bien no es objeto de repudio o abominación abierta, por razones y necesidades de instrumentalización personal que sobra explicar, es habitual que carezca de acceso a los campos en los que se adoptan las grandes decisiones: la mayoría de los líderes políticos de la actualidad (porque muchos se creen "eruditos", como los adolescentes) prefiere a los pragmáticos, los "realistas" y los prácticos.
Ese es, claro está, uno de los signos de la época: como decía Bauman, "Nos hallamos en una situación en la que, de modo constante, se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y materialista", y no escapan al impulso correlativo de renegar de todo lo que huela a espiritualidad o a bien común, como se observa cotidianamente, ni la política ni la religión ni la familia... Y las élites dirigentes están encantadas con ello: en la medida en que la gente sea menos humanista y solidaria, más se fortalecen el poder establecido y sus beneficiarios.
De todos modos, y volviendo al origen de estas consideraciones porque no puedo hacer otra cosa, que conste: la preadolescente que me habló de la forma en que narré al principio, es ya una joven y dedicada profesional de la Medicina (graduada Magna Cum Laude en UNIBE) con notoria sensibilidad humanística y manifiesto regusto por el disfrute de la "vida social" que, en estos momentos, cursa una especialidad en Cirugía Pediátrica: o sea, no ha terminado siendo una persona frívola o concupiscente, pero tampoco una "nerd" de oficio.
No sé ustedes, pero yo pienso que, a la larga, la siembra no me ha resultado tan infecunda... Naturalmente, estoy persuadido de que la opinión de cada quien dependerá mucho, en este y otros temas de prosapia social o familiar, de lo que esperaba como cosecha.
Por Luis R. Decamps