jueves, 16 de noviembre de 2017










Hombre no hay ninguno:

fantasmas de unas flores
y bramidos en piernas amputadas.
Frío espacio de voz grave,
de labios mordidos prisioneros,
vestidos de azul, con la mirada 
perdida frente a las otras.
Es todo amarillo y nublado
en el agua prisionera de ambas manos.
¡Yo qué escribo!
¡Yo qué busco!
¡También perdido frente a los otros!

Neo Carmona

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